El Brasil de Scolari que aplasta a la España de Vicente del Bosque en la final de la Copa Confederaciones 2013, hace recordar al Brasil de…Scolari en el 2002. Conectando resultados en competencias es posiblemente el mejor Brasil que se ha visto desde la final de la Copa Confederaciones del 2005, en la que goleó a Argentina en la final del torneo (4-0) sin piedad. España impotentemente incluso se dio maña para demostrar que el portero brasileño Julio César ha recuperado su nivel de juego con dos grandes intervenciones ante disparos de Pedro y David Villa. España convierte así a Brasil en un serio contendiente al título en el Mundial del 2014. Un equipo practico, duro y crecido que gana mucha credibilidad y que ha acabado por implantar una idea de juego muy definida que primero identifica las debilidades del rival y luego aprovecha las virtudes de sus futbolistas para explotar las carencias del adversario con velocidad y movimientos inteligentes en el campo de juego.
Los elementos que Scolari seguro entiende ha rescatado de la victoria en la Copa Confederaciones son más que positivos. La Verdeamarelha vuelve a ser una camiseta respetada en todo el planeta fútbol. Desde hace una década cuando Brasil llegó a su última final de Copa del Mundo, aquella ganada en Yokohama, los brasileños han perdido la identidad futbolística y la magia que los caracterizaba. De hecho Brasil había perdido por primera vez en su historia el puesto entre las mejores 10 selecciones del mundo y se encuentra actualmente en la posición 22. La apuesta de la CBF (federación brasilera) por volver a los orígenes y acudir al último hombre que gano el título del campeón del mundo, Luiz Felipe Scolari, ha pagado con creces.
El manejo de la conformación de la plantilla le ha dado a Brasil un equilibrio que hasta hace poco no poseía. Scolari utiliza a un grupo de jugadores jóvenes (edad media 26) pero talentosos y muchos de ellos probados en Europa y Felipão se adapta bien a las características de sus jugadores proponiendo un sistema 4-2-3-1 protegido sabiendo que la retaguardia brasileña requiere estar bien resguardada por un doble pivote mixto para aprovechar la confianza que le da Thiago Silva a sus compañeros.
Los laterales juegan a la manera tradicional, es decir corresponden a la tradición de la canarinha proyectándose en ataque con Dani Alves por un lado y Marcelo por el otro costado. El doble pivote en el medio clave para proteger la retaguardia cuenta con alternativas de calidad como Hernanes, Fernando, Luiz Gustavo y Paulinho. En ataque Neymar por izquierda aunque partiendo desde atrás, Hulk por derecha y Oscar por el centro jugando para asociarse con Fred como 9 demostraron que la formula base funciona especialmente por el poderío anotador de Fred algo tal vez sorpresivo para algunos observadores.